“Desde el máximo respeto a la no injerencia en los asuntos internos de cada país, pero considerando también que es nuestra obligación actuar donde nos vemos perjudicados, le pedimos al Gobierno que tome cartas en el asunto para no arriesgar la buena marcha de esta campaña turística de 2023 que tanto necesitamos tras la pandemia. La solución pasa por que la Unión Europea exija a Francia que blinde los vuelos que cruzan su espacio aéreo”, afirmó el presidente de la mesa, Juan Molas.

Según la entidad, el impacto de la protesta "excede de forma evidente sus fronteras para traducirse en retrasos y cancelaciones en los vuelos hacia y desde España que sobrevuelan el territorio galo".

La mesa se suma a la petición de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) y pide al Gobierno que reaccione desde las instancias correspondientes de la Unión Europea para reconducir una situación que amenaza con congestionar la llegada de turistas a nuestro país en las próximas semanas e incluso durante el verano, si no se alcanza una solución.

El control aéreo francés acumula más de 90 días de paro entre los meses de enero y abril. Esto ha provocado una caída de la puntualidad de los vuelos en 9 puntos porcentuales, aunque en aeropuertos con alta dependencia de los sobrevuelos en Francia –como es el caso de Barcelona-, se pueden alcanzar hasta los 20 puntos de caída, según datos divulgados por ALA. En cuanto al impacto económico, Eurocontrol estima un coste de 8 millones de euros de media al día por cancelaciones y otros 6 millones por retrasos para todas las compañías aéreas europeas.

“El espacio aéreo francés es prácticamente paso obligado para los vuelos a España e incluso para muchas rutas hacia Latinoamérica con escala en nuestro país, lo que nos convierte en el mercado más perjudicado colateralmente por esta situación y nos legitima a pedir que pongan los medios para contener su impacto”, añade el presidente de la Mesa.