La ACC está formada por una ‘miniEspaña’ de 100 personas seleccionadas aleatoriamente y que representan la diversidad sociodemográfica del país en cuanto a género, edad, nivel educativo, procedencia geográfica y residencia en área urbana o rural.

Forma parte de los compromisos adquiridos por el Gobierno en la Declaración ante la Emergencia Climática y Ambiental en España aprobada por el Consejo de Ministros en 2020, y aparece recogida en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Se trata de un proceso participativo inédito en el país que ya se ha celebrado en otros lugares del entorno europeo, como Francia, Inglaterra y Escocia.

El mandato gira en torno a la pregunta ‘Una España más segura ante el cambio climático, ¿Cómo lo hacemos?’, a partir de la cual se debate sobre la forma de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para hacer un país menos vulnerable a los riesgos y los impactos climáticos.

El resultado de este proceso será la presentación al Gobierno y al Congreso de los Diputados de un informe de recomendaciones que podría estar listo entre finales del próximo mes de abril y a lo largo de mayo. Su contenido no es vinculante, pero el Ejecutivo y la Cámara Baja podrían tener en cuenta las conclusiones como ocurre con otros órganos consultivos como el Consejo Nacional del Clima, el Consejo Nacional del Agua o el Consejo Asesor de Medio Ambiente.

Hasta ahora se han celebrado dos sesiones de la ACC bajo el paraguas de un panel de coordinación formado por el Centro Vasco para el Cambio Climático (BC3) y la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS).

Además, participan 15 expertos a título individual con la coordinación de Cristina Linares, investigadora de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III, y Joaquín Nieto, promotor de la incorporación de la dimensión social y laboral y de la transición justa en la agenda climática y ecológica.

“ESPERANZADOR”

La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, intervino en la sesión inaugural. Después se celebró otra y la ACC inicia este fin de semana su fase deliberativa antes de pasar a la de toma de decisiones.

En esta tercera sesión habrá 10 grupos compuestos por 10 personas cada uno, que debatirán sobre cinco perspectivas: consumo; alimentación y uso de la tierra; comunidad, salud y cuidados; trabajo y producción, y ecosistemas.

Los expertos que asesoran en la Asamblea han detectado esperanza en el desarrollo de este proceso democrático. “Para mi sorpresa positiva, el tono y las intervenciones de esa ‘miniEspaña’ han sido mejores que lo que muchas veces se percibe en la atmósfera de polarización extrema en la que estamos. Me sentí esperanzado”, según el director ejecutivo de Ecodes y miembro del grupo de expertos, Víctor Viñuales.

“Es muy esperanzador ver cómo la gente está implicada tras sesiones muy intensas de cuatro horas el sábado y cuatro horas el domingo. El compromiso es esperanzador y evocador. Creo que van a salir cosas muy buenas porque hay muchas ganas de aportar”, apuntó la directora de la Fundación Ecoalf, Irene Díez.

La directora del Departamento de Industria, Energía, Medio Ambiente y Clima de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Cristina Rivero, destacó el “interés muy elevado” de las personas que conforman la Asamblea. “Estoy segura de que las recomendaciones van a ser muy buenas”, añadió la directora científica del BC3, María José Sanz.

“Puede ser un estímulo para nuevas asambleas en otros ámbitos, como comunidades autónomas y ayuntamientos, y puede haber más asambleas en el futuro porque la agenda climática va a seguir”, señala Nieto, antes de subrayar que las recomendaciones podrían dirigirse a responsables políticos, empresas y ciudadanos. ”Nos gustaría que de la Asamblea salga lo que la ciudadanía quiera que salga”, concluyó.