En la actualidad, el monasterio acoge una exposición sobre las actividades humanas en torno al río Ebro a lo argo de la historia y reune útiles, documentos gráficos e instrumentos de navegación recogidos entre Tudela y la desembocadura del Ebro.

Desde su apertura en 1992, la muestra ha atraído a un gran número de visitantes, especialmente escolares, ya que durante la primavera visitan diariamente el monasterio una media de dos colegios.

Sin embargo, el interés de los visitantes contrasta con las malas condiciones de conservación en las que se encuentra el monasterio, en el que acaba de iniciarse un lent proceso de restauración.

Además, el edificio no tiene buenas condiciones de acceso, sufre problemas de limpieza o de cambio de horarios de apertura y, al no existir una vigilancia continua, se han producido también algunos robos, como el ocurrido con una valiosa colección de cuchillos.