En la tribuna del Congreso, Montero abrió el turno de réplica del segundo día del Pleno del Congreso sobre las enmiendas a la totalidad a los presupuestos y respondió al diputado de ERC Joan Margall.

La ministra agradeció “la disposición” del grupo republicano “al diálogo” y subrayó que las cuestiones planteadas le resultan “del todo conocidas” aunque en “algunas de ellas” no comparte el “criterio último”. Además, señaló que al diputado de ERC le “ha faltado decir que estas cuentas son positivas para Cataluña”.

No obstante, reconoció que no presentar una enmienda a la totalidad “nunca ha sido un cheque en blanco” y aseveró que “quedan materias sobre las que profundizar” aunque el Gobierno ha “recogido” en las cuentas “algunas cuestiones” que para ERC eran “fundamentales”.

En cuanto a las críticas a la ejecución en Cataluña, subrayó que el grupo conformado el año pasado “se tendría que haber reunido con mayor frecuencia” pero se defendió señalando que los problemas de ejecución no son “exclusivos” de la Administración General. Así, subrayó que los datos de la Generalitat son “bastante similares” por algunas causas como “el encarecimiento de las materias primas” o “problemas de suministro en las cadenas de producción”.

Para desbloquear la ejecución, planteó la posibilidad de que con las “inversiones más importantes” una fórmula de “coejecución” como viene haciendo el Gobierno con el País Vasco.

En referencia al resto de fuerzas independentistas, señaló que el Ejecutivo “especialmente” debe “rendir cuentas” con las fuerzas con las que se pactan en enmiendas y que, por tanto, están “legitimadas” para la reclamación de la ejecución.

DEFENSA

Tras las críticas de ERC al incremento del gasto en Defensa, indicó que “el siglo XXI va a hacer cambiar de forma considerable el propio concepto de seguridad” ya que “no se trata de invertir en bombas o material bélico” sino en “tecnologías híbridas” o de “haber aprendido que todos los estados deben estar preparados para hacer frente a un ataque pudiera haber a la soberanía del país después de lo que hemos conocido en Ucrania”.

Asimismo, justificó este gasto porque “se trata de dotar de mayor capacidad de generación de empleo a la industria de Defensa”, con un incremento que Montero cifró en hasta 22.000 puestos de trabajo en empresas como Navantia, Airbus o Indra.

“Estamos dispuestos a hablar como tiene que ser de forma estratégica la defensa en un futuro, más allá del espíritu pacifista que tengamos las fuerzas políticas, estoy convencida de que todos pensamos que cualquier estado tiene que tener una seguridad suficiente”, señaló.