Energía
Moody’s mejora la calificación crediticia de Repsol
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La agencia Moody’s ha mejorado la calificación crediticia a largo plazo de Repsol estableciéndola en Baa1 desde Baa2, manteniendo la perspectiva estable.
Según el informe publicado este miércoles por Moody’s, este cambio en la calificación se explica por la mejora de la rentabilidad de la cartera de proyectos de exploración y producción de Repsol y por el importante flujo de efectivo generado en el actual entorno de precios altos del crudo para hacer frente a su deuda.
Pese a ello, Moody's prevé que la rentabilidad y el flujo de caja serán menos robustos en el futuro como consecuencia de las iniciativas globales para limitar los impactos adversos del cambio climático.
A este respecto, considera que este cambio se producirá durante décadas y en consecuencia que la buena eficiencia de los activos de exploración de Repsol y su nivel reducido de deuda le brindan mayor flexibilidad para administrar la volatilidad futura de los precios y el riesgo derivado de la transición energética.
La mejora de la nota de Moody’s sigue a la que llevó a cabo, el pasado mes de noviembre, Standard & Poors, que subió la calificación a Repsol a BBB+/estable (antes BBB/positiva). Con S&P Repsol no tenía la calificación BBB+ desde 2006.
En la misma línea, en octubre pasado, Fitch mejoró la perspectiva de Repsol a positiva desde estable (confirmando la calificación a largo plazo en BBB).
Estas mejoras de ratings refrendan la estrategia de Repsol. En lo que va de año, Repsol ha adelantado el cumplimiento de objetivos clave de su Plan Estratégico 2021-2025, basado en la aceleración de la transición energética, con crecimiento rentable de los negocios, solidez financiera y una remuneración a los accionistas situada entre las mejores del sector y del Ibex 35.
Particularmente relevante fue la generación de caja en un período marcado por un entorno inflacionista, que, en aplicación del Plan Estratégico de la compañía, ha permitido una significativa reducción de la deuda y una propuesta de incremento de la retribución al accionista.
La fuerte generación de caja operativa de la compañía le permitió llevar a cabo una importante reducción de la deuda neta, que cerró septiembre en 2.181 millones de euros. Esta cifra supone un descenso de 3.581 millones de euros respecto a la registrada al inicio del presente ejercicio. Por su parte, la liquidez se incrementó hasta los 12.426 millones de euros, suficiente para cubrir 4,81 veces los vencimientos de deuda a corto plazo.
La compañía aumentará hasta 0,35 euros brutos por acción la retribución en efectivo que se distribuirá a los accionistas el próximo mes de enero, al tiempo que el Consejo de Administración propondrá a la Junta General Ordinaria de Accionistas del próximo año un pago complementario de otros 0,35 euros brutos por acción. Así, la remuneración efectiva en 2023 aumentará un 11%, hasta los 0,70 euros brutos por acción y se adelantará el objetivo de retribución previsto por el Plan Estratégico para el año 2024.
Adicionalmente, Repsol anticipará en tres años su objetivo de recompra y amortización de acciones, estando previsto alcanzar a finales de este ejercicio los 200 millones de títulos amortizados establecidos para todo el periodo 2021-2025.
Entre las operaciones llevadas a cabo este año destacan, como hitos, la incorporación de EIG como socio al negocio de Upstream en un 25%, en una operación por valor de 4.800 millones de euros; la incorporación de Crédit Agricole Assurances y EIP como socios al 25% en Repsol Renovables por 985 millones de euros; y, hace apenas unos días, la adquisición de Asterion Energies al fondo de infraestructuras europeo Asterion Industrial por 560 millones de euros, más un máximo de 20 millones en concepto de pagos contingentes.
(SERVIMEDIA)
20 Dic 2022
JBM/clc