La organización ecologista alertó a los consumidores de que esta medida no obliga a los comerciantes a retirar las existencias de las estanterías, puesto que sólo afecta a las ventas de nuevos productos. Asimismo, quedan fuera del ámbito de prohibición otros juguetes de PVC distintos a los mordedores.

El responsable de la Campaña de Tóxicos de Greenpeace, Pablo Mascareñas, dijo que, "como resultado del estrecho ámbito de esta prohibición y la asencia de obligación a retirar del mercado los juguetes prohibidos, los consumidores se enfrentan ahora a un caos, sin poder saber si los artículos que van a comprar son de PVC con plastificantes tóxicos o no".

Para Greenpeace, "la retirada inmediata de todos los juguetes de PVC blando dirigidos a niños de 0 a 3 años es la única forma de proteger a los niños en Europa", y además, ésa es también la única manera "de que los fabricantes puedan recuperar su reputación".