El presidente de esta organización, Esteban Ibarra, asegura que se está produciendo un aumento constante de los delitos violentos urbanos, de las bandas juveniles, de las agresiones escolares y de la violencia racista, además de la proliferación de armas blancas entre jóvenes.

Ibarra pidió la realización de un estudio que diagnostique el alcance del problema y destacó la importancia de establecer un plan integral contra la violencia juvenil que apoye a las víctimas y proponga reformas legislativas preventivas.

El Movimiento contra la Intolerancia plantea también la posibilidad de desmantelar los polígonos de "ocio negativo", conflictivos e inseguros, como el de Costa Polvoranca, que califica de "gueto juvenil masificado" y que registra "un alto consumo de alcohol, peleas y sucesos violentos".