LA MUERTE DE UN SARGENTO DE LA GUARDIA CIVIL EN UNA CAPEA PROVOCA LA SUSPENSION DE LAS FIESTAS TAURINAS EN CAÑAVERAL

MADRID
SERVIMEDIA

La muert de José Luis Valente, de 38 años, casado y padre de tres hijos, sargento de la Guardia Civil, en una capea que se celebró ayer, domingo, en la localidad cacereña de Cañaveral, impulsó al Ayuntamiento a suspender los festejos taurinos que estaban previstos para hoy.

José Luis Valente, natural del pueblo y destinado en San Sebastián desde hace unos años (había ascendido recientemente a sargento), acudió a las fiestas como en otras ocasiones y salió a torear en la capea llevado de su gran afición taurin.

El toro hizo por él cuando Valente se le acercaba por detrás, de tal manera que, tras una arrancada violenta, le persiguió a gran velocidad, hasta que le alcanzó por la espalda, en el suelo, unos centímetros antes de que el sargento llegase a uno de los burladeros de la plaza portatil.

Enseguida, el toro le prendió por la pierna derecha y le volteó en repetidas ocasiones, golpeándole con la cabeza contra las barras metálidas del vallado, entre los gritos de la multitud y los intentos de otros iprovisados toreros que trataron en vano de reclamar la atención del animal.

Finalmente, lograron distraerlo y recogieron al herido, que presentaba fuertes golpes en la cabeza y una cornada en el muslo.

Aún consciente, recibió los primeros auxilios en el botiquín instalado al efecto en los aledaños de la propia plaza, donde le desinfectaron y cerraron la herida de la pierna, y le prepararon para el traslado al hospital San Pedro de ALcántara, de Cáceres, donde murió poco despues de que le ingresarn.

Una vez conocido el desenlace del suceso, el Ayuntamiento celebró una sesión extraordinaria anoche, en la que acordó suspender los actos festivos programados para la madrugada y esta tarde, en tanto que puso la bandera a media asta en el balcón de la casa consistorial, en señal de duelo.

SIN PRECEDENTES

Según explicó a Servimedia Emilio Durán, teniente de alcalde, que presenció el trágico suceso, es la primera vez que muere una persona en las capeas del pueblo; unos festejos taurinos que disrutan de gran resonancia provincial.

El programa incluye, de madrugada, la llamada "vaquilla del aguardiente", que consiste en la suelta de dos vacas bravas por la calle principal del pueblo, la Real, bordeada de empalizadas y un vallado de madera. Los mozos corren las vacas, a las que sueltan por turnos, pero sin torearlas.

Por la tarde, a las siete de la tarde, los vecinos pueden asistir en la plaza portátil montada cada año en el centro del pueblo, como espectadores o actores, a una capea que e repite cada uno de los seis días de fiestas, en la que el protagonista es un toro cuatreño y en puntas, sin "afeitar".

El festejo concluye cuando, después de más de dos horas de toreo improvisado, miembros de las peñas de mozos ensogan al animal por los cuernos y lo conducen a tirones hasta un emplazamiento especial, donde un profesional lo apuntilla.

A la espera de los resultados de la autopsia, las personas que atendieron al herido tras la cogida informaron que, más que la lesión en la pierna que no parecía importante, el desenlance fatal ocurrió seguramente por los golpes que el Jose Luis Valente recibió en la cabeza cuando el toro le proyectó contra los barrotes metálicos del coso.

El funeral y entierro del fallecido será a media tarde en la iglesia parroquial y en el cementerio municipal de la localidad, respectivamente.

Cañaveral, localidad situada a 45 kilómetros de la capital provincial, cuenta habitualmente con unos dos mil habitantes, población que suele ver aumentada consideablemente los veranos, especialmente durante las fiestas de la Virgen de agosto, que en esta ocasión comenzaron el pasado viernes, día 14, y finalizarán este próximo jueves.

(SERVIMEDIA)
17 Ago 1992
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