Clima

El calor extremo podría matar 4,7 veces más a mediados de siglo por la inacción climática global

- La humanidad estuvo expuesta de media a 86 días con temperaturas peligrosas en 2022, según ‘The Lancet Countdown’

- Guterres: “El colapso climático ha comenzado”

MADRID
SERVIMEDIA

El retraso en la puesta en marcha de medidas contra la crisis climática amenaza la salud de las personas hasta el punto de que la mortalidad atribuible al calor podría incrementarse 4,7 veces a mediados de este siglo.

Así figura en el octavo informe anual de ‘The Lancet Countdown’ sobre salud y cambio climático, dirigido por la University College de Londres (Reino Unido) y firmado por 114 expertos de 52 instituciones de investigación y agencias de la ONU, entre ellas la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

El informe fue difundido este miércoles, medio mes antes de que la Cumbre del Clima -conocida como COP28- comience en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) el próximo 30 de noviembre. El documento ofrece una evaluación actualizada de los vínculos entre salud y cambio climático, e incluye 47 indicadores con métricas nuevas y mejoradas que analizan la contaminación del aire en las casas, la financiación de los combustibles fósiles y el compromiso de las organizaciones internacionales sobre los beneficios de la mitigación climática para la salud.

Este trabajo ofrece nuevos datos que revelan la amenaza que supone para la salud y la supervivencia de muchas personas en todo el mundo cualquier nueva demora en aplicar medidas para limitar el calentamiento global a 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales, objetivo recogido en el Acuerdo de París para evitar los peores impactos del cambio climático.

No obstante, el informe señala que “las vidas de las generaciones actuales y futuras penden de un hilo” mientras el mundo va camino de alcanzar un calentamiento de 2,7 grados a finales de siglo y las emisiones relacionadas con la energía alcanzaron un nuevo récord en 2022.

El secretario general de la ONU, António Guterres, señaló, tras la publicación del informe, que “el colapso climático ha comenzado”. “Se está desatando una catástrofe humana con el peligro que ponen en la salud y el sustento de miles de millones de personas en todo el mundo el calor sin precedentes, las sequías que arruinan las cosechas, el aumento en los niveles de hambre, el número cada vez mayor de brotes de enfermedades infecciosas, y las tormentas e inundaciones mortales”, apostilló.

Guterres agregó: “La continua expansión de los combustibles fósiles es una sentencia mortal para millones de personas. No hay excusa para un retraso persistente en la acción climática. El aumento de temperatura debe limitarse a los 1,5 °C si queremos evitar lo peor del cambio climático, salvar millones de vidas y ayudar a proteger la salud de todos los que habitamos la Tierra”.

PELIGROS

Todos los peligros para la salud analizados por ‘The Lancet Countdown’ empeorarán si el planeta se calienta 2 ºC en 2100. En este escenario, se prevé que las muertes anuales relacionadas con el calor aumenten un 370% a mediados de siglo y se espera que la exposición al calor incremente las horas de trabajo potencial perdidas en un 50% en el ámbito mundial.

Además, olas de calor más frecuentes podrían provocar que 525 millones de personas más sufran inseguridad alimentaria de moderada a grave entre 2041 y 2060, lo que incrementaría el riesgo global de desnutrición. También se prevé que las enfermedades infecciosas potencialmente mortales se propaguen aún más hacia mediados de siglo.

“Los crecientes peligros del cambio climático están costando vidas y medios de subsistencia en todo el mundo hoy en día. Las proyecciones de un mundo 2°C más cálido revelan un futuro peligroso y son un sombrío recordatorio de que el ritmo y la escala de los esfuerzos de mitigación observados hasta ahora han sido lamentablemente inadecuados para salvaguardar la salud y la seguridad de las personas”, afirma Marina Romanello, directora ejecutiva de ‘The Lancet Countdown’ en la University College de Londres.

Romanello añade: “Con 1.337 toneladas de dióxido de carbono todavía emitidas cada segundo, no estamos reduciendo las emisiones lo suficientemente rápido como para mantener los peligros climáticos dentro de los niveles que nuestros sistemas de salud pueden afrontar. La inacción tiene un enorme costo humano y no podemos permitirnos este nivel de desconexión: lo estamos pagando en vidas. Cada momento que retrasamos hace que el camino hacia un futuro habitable sea más difícil y la adaptación cada vez más costosa y desafiante”.

PÉRDIDAS Y DAÑOS

Por otro lado, el informe indica que las pérdidas y los daños relacionados con la salud se disparan en el mundo, que en 2023 experimenta las temperaturas más altas en más de 100.000 años y se han batido récords de calor en todos los continentes.

Incluso con el actual calentamiento global promedio de 1,14 °C de los últimos 10 años, las personas experimentaron un promedio de 86 días de temperaturas extremas que representan un daño para su salud entre 2018 y 2022. Más del 60% de esas jornadas tuvieron al menos el doble de probabilidad de ocurrir debido al cambio climático provocado por los humanos.

La mortalidad asociada al calor en personas mayores de 65 años aumentó un 85% entre 2013 y 2022 en comparación con el periodo de 1991 a 2000. Este número está muy por encima del incremento de un 38% proyectado si no hubiera un cambio de temperatura, es decir, considerando solo los cambios demográficos.

El carácter cada vez más destructivo de los eventos climáticos extremos pone en riesgo la seguridad hídrica y la producción de alimentos, lo cual implica que millones de personas están expuestas a la malnutrición. Las olas de calor y las sequías más frecuentes se asociaron con 127 millones más personas que declararon inseguridad alimentaria de moderada a grave en 122 países en 2021, en comparación con lo que ocurría anualmente entre 1981 y 2010.

Además, el cambio en los patrones climáticos acelera la transmisión de enfermedades infecciosas mortales. Por ejemplo, el aumento de la temperatura de los océanos hace que el área de las costas del planeta propicia para la propagación de la bacteria ‘Vibrio’, que puede ocasionar enfermedades e incluso la muerte en los humanos, aumente 329 kilómetros cada año desde 1982, por lo que un récord de 1.400 millones de personas está en riesgo de padecer diarrea, infecciones severas de heridas y sepsis. Esta situación amenaza particularmente a Europa, donde esa zona costera crece 142 kilómetros por año.

DIRECCIÓN EQUIVOCADA

El valor total de las pérdidas económicas asociadas a episodios climáticos extremos ascendió a 264.000 millones de dólares en 2022, un 23% más sobre la media entre 2010 y 2014. Y el calor extremo causó el año pasado la pérdida de 490.000 millones de horas laborales potenciales, casi un 42% más respecto al periodo 1991-2000.

“Nos enfrentamos a una crisis tras otra”, advierte Georgiana Gordon-Strachan, directora del centro regional para los pequeños Estados insulares en desarrollo de ‘The Lancet Countdown’, quien apunta: “Las personas que viven en países con menos recursos y que, por lo general, son quienes menos responsabilidad tienen por las emisiones de gases de efecto invernadero, sufren mayores repercusiones sanitarias, pero les resulta más difícil acceder a los recursos financieros y técnicos necesarios para adaptarse a las tormentas devastadoras, el aumento del nivel del mar y las sequías que arruinan los cultivos, que empeoran a causa del calentamiento global”.

Los autores del informe denuncian la “negligencia” de gobiernos, empresas y bancos que invierten en petróleo y gas a medida que los desafíos y los costes de la adaptación se disparan, y el mundo se acerca a un “punto de no retorno”. Advierten de que, sin una mitigación profunda y rápida para abordar las causas profundas del cambio climático, la salud de la humanidad está en grave riesgo.

Así, reclaman acelerar la transición para abandonar los combustibles fósiles perjudiciales para la salud en respuesta a la crisis energética mundial, pero el mundo avanza en la dirección equivocada.

Las emisiones de carbono del sistema energético mundial (el mayor contribuyente individual a las emisiones globales de gases de efecto invernadero) crecieron un 0,9% en 2022 hasta un récord de 36,8 gigatoneladas, mientras los gobiernos siguen incentivando la expansión de los combustibles fósiles.

En 2020, 69 de 87 países (responsables del 93% de todas las emisiones globales de carbono) proporcionaron subsidios a los combustibles fósiles por un valor neto de 305.000 millones de dólares, lo que superó un 10% del gasto nacional en salud en 26 países y el 50% en 10 naciones.

En cuanto al sector financiero, 40 bancos privados que más prestan a combustibles fósiles invierten colectivamente 489.000 millones de dólares cada año entre 2017 y 2021 en la industria fósil, lo que dificulta aún más la transición energética sin emisiones.

(SERVIMEDIA)
15 Nov 2023
MGR/clc