El trabajo ha evaluado a 915 pacientes diagnosticas entre 2014 y 2019 en ocho hospitales de cuatro regiones de España, analizando su adherencia a las siete principales recomendaciones del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer/Instituto Americano para la Investigación del Cáncer (WCRF/AICR, por sus siglas en inglés) mediante un sistema de puntuación estandarizado.

Este trabajo pone de manifiesto que la adherencia a las antedichas recomendaciones para la prevención es moderada (una puntuación media de 3,5 sobre 7) en el año previo al diagnóstico de cáncer de mama y que presenta variabilidad en función de diferentes características de las pacientes, como su situación clínica, edad, situación laboral y nivel educativo.

La recomendación con mayor cumplimiento fue la de limitar el consumo de bebidas azucaradas (el 54,4% de las mujeres no las consumía) y la de menor seguimiento fue la de mantener una dieta rica en fibra (el 4,4% consumía al menos 30 gramos/día).

Las conclusiones de esta investigación determinan que las mujeres mayores de 60 años son las que más siguen estas recomendaciones; mientras que las que ingieren más de 2.000 kilocalorías al día o dos o más comorbilidades presentan una peor adherencia a las mismas.

A su vez, las mujeres jóvenes presentan un mayor consumo de bebidas azucaradas y comida rápida; las fumadoras son las más renuentes a seguir las recomendaciones de limitar el consumo de alcohol y de mantener un consumo elevado de frutas y verduras; y las trabajadoras en activo son las que menos actividad física realizan regularmente.

Ante esta situación, los autores del estudio recalcan la importancia de desarrollar intervenciones específicas, adaptadas a las características sociodemográficas y clínicas de cada paciente, en las que se tengan en cuenta factores como la edad, el nivel educativo, la condición laboral y la presencia de comorbilidades con el objetivo de “promover cambios sostenibles en el estilo de vida que contribuyan a mejorar su calidad de vida y el pronóstico”.