La adolescente, que decía ver a la Virgen en aparicines continuas durante un mes en lo alto de un platanero chino ubicado en la estación de trenes de El Repilado (Huelva), no ha querido adelantar nada del mensaje, ni siquiera si éste es "bueno o malo".

Alba Bermúdez, a quien desde 1987 no se le ha vuelto a "aparecer" la Virgen de Fátima, aún no ha decidido su posible acceso a alguna orden religiosa. Aunque tras sus presuntas apariciones, mostró su "firme convencimiento" de ser monja, actualmente parece dudar de su vocación.

La presunta visionaria ecibió la primera "aparición" de la Vírgen cuando jugaba con dos niños en la estación de ferrocarril de la localidad y cayó al suelo. A partir de ese día, a las seis de la tarde, la niña acudió al lugar en compañía de cientos de vecinos hasta que, el día 13 de mayo, la Vírgen le anunció que esa tarde había "acabado" las apariciones.

El último día de esos fenómenos, provocó que en esta localidad, de unos 800 habitantes, acogiera la llegada de más de 30.000 personas llegadas desde distintos puntos de Esaña y Portugal.

Aunque ese día no ocurrió el "anunciado milagro", los bares y otros establecimientos comerciales vieron agotadas sus existencias, debido a la avalancha de personas, lo que fue interpretado por los escépticos como el "aunténtico milagro".

La madre de Alba Bermúdez, tras comprobar que no se produjo ningún fenómeno paranormal, aunque su hija dijo haber visto y hablado "con la señora", cayó en una crisis nerviosa en la que repitió insistentemente entre sollozos que su "hija no está loa".