El nivel de protección de la economía española frente al exterior ha experimentado la siguiente evolución en los últimos años: 6 por ciento en 1985, 7 por cien en 1986, 7,4 por cien en 1987, 6,3 por cien en 1988, 5,2 por cien en 1989 y 4,3 por cin en 1990.

Estos porcentajes resultan de comparar los ingresos obtenidos por los aranceles cobrados en aduanas con el importe total de las importaciones no energéticas, ya que la energética entra casi en su totalidad libre de derechos aduaneros.

REBAJA ARANCELARIA

La rebaja arancelaria iniciada tras la adhesión a la CE no redundó inmediatamente en una reducción de los ingresos por aranceles, sino que la presión fiscal sobre las importaciones se incrementó en un principio, para luego reducirse savemente.

Este fenómeno obedece a que, para ciertos productos, el nivel de protección anterior era lo suficientemente alto como para disuadir de la importación a numerosos agentes económicos.

Al desaparecer este efecto disuasorio, el aumento de la importación ha resultado en una mayor recaudación, que ha compensado ampliamente la caída en los tipos derivada del desarme arancelario.

A partir de 1988, los efectos de la liberalización ya se han puesto claramente de manifiesto y el incremento dela importación ha logrado compensar la reducción de derechos.

En 1990, los recursos arancelarios que deberán ser transferidos a la CE se sitúan en torno a unos 80.000 millones de pesetas. Al hacer la diferencia entre la recaudación arancelaria y las transferencias obligatorias a la Comunidad resulta que el arancel generó unos ingresos fiscales de unos 250.000 millones de pesetas.

Desde 1986 a 1990, los ingresos por aranceles se elevaron a 1.476.000 millones de pesetas. En cifras absolutas, su evoución fue la siguiente: 280.000 millones de pesetas en 1986, 376.000 millones en 1987, 393.000 millones en 1988, 390.000 millones en 1989 y 337.000 millones en 1990.