Así lo precisó este martes en un comunicado en el que su presidenta, Raquel Fernández Megina, reclamó que se “aproveche” esta “oportunidad” para “detener el daño para el medio ambiente y la salud que generan las colillas, un producto tóxico, inútil y no biodegradable”, convencida de que la comunidad internacional tendrá ocasión de abordar el “impacto negativo de los filtros de cigarrillos en el medioambiente y ponerle remedio”.

“Al contrario de la percepción popular, los filtros no reducen los efectos dañinos del tabaco y están diseñados para atraer a los fumadores y crear una ilusión de seguridad, a pesar de no haber evitado ningún cáncer, sino todo lo contrario ya que está relacionado con una forma más agresiva de cáncer de pulmón”, espetó la entidad, que también denunció que los cigarrillos con filtro “copan” el 90% del mercado y tienen un “fuerte impacto” en la producción de residuos plásticos tóxicos que acaban en el fondo del mar y contaminan, cada una, entre 10 y 50 litros de agua.

La introducción de los “vapers” de un único uso en el mercado “no hace más que agravar el problema”, según la plataforma, que pidió la “prohibición inmediata” de la venta de filtros de cigarrillos de plástico y otros productos de tabaco que contienen plásticos de un solo uso como contaminantes "nocivos, ubicuos y no esenciales".

Junto a ello, exigió que la industria tabaquera “pague la factura de la contaminación que causa” y recordó que cada año mueren 60.000 personas en España como consecuencia de enfermedades relacionadas con el tabaco.

“El tabaco nunca podrá ser parte de una economía circular. Las colillas son un plástico tóxico cuya producción debe ser vetada”, concluyó la responsable de la plataforma, que considera que el tabaquismo es “una pandemia evitable que acaba con ocho millones de personas al año”. El tratado se terminará de negociar a finales de 2024 y tendrá que ser aprobado y ratificado por los distintos países durante 2025.