Petit manifestó que al calificar la homosexualidad como una conducta desordenada, el nuevo catecismo defiend "una condena discriminatoria contraria a las recomendaciones del Parlamento Europeo, que en su día propuso equiparar a la pareja homosexual en todos sus derechos con el matrimonio".

Asimismo, criticó la oposición de la Iglesia a los anticonceptivos, por entender que supone un claro perjuicio social y sanitario para los católicos que sigan las consignas de la jerarquía eclesiástica.

"A estas alturas", indicó, "y conociendo la terrible incidencia del sida en todo el mundo, especialmente en países n vías de desarrollo y en la juventud española, resulta sorprendente que la Iglesia católica mantenga la prohibición en el uso del preservativo. De esta manera se hace responsable de las muertes que causa el sida".

El secretario general de la Coordinadora Gay-Lesbiana aseguró que este colectivo repudia, "manteniendo el respeto hacia los practicantes de esta religión", el contenido del nuevo catecismo.