Durante la inauguración de la jornada, el presidente de la Asociación Parkinson Madrid, Javier Prados, presentó la campaña de la Federación Española de Parkinson (FEP) que arranca hoy con la celebración del Día Mundial de esta patología. Con el lema ‘Dame mi tiempo’ se proyectó un video documental protagonizado por personas con párkinson.

En este sentido, Prados explicó que este año el lema elegido para celebrar este día es ‘Por unas relaciones sociales que respeten los tiempos de las personas con párkinson’. “Esta campaña nacional tiene como objetivo la concienciación social para que la población conozca que necesitamos nuestro tiempo para el desarrollo de cualquier actividad diaria o social”.

De hecho, recordó que entre los síntomas más desconocidos de la enfermedad destacan la lentitud de movimientos, la falta de equilibrio al caminar, la rigidez facial o la alteración de la voz. “Cuando se manifiestan al estar en espacios públicos o eventos sociales nos sitúan en una posición vulnerable ante las miradas y gestos de una sociedad que desconoce la verdadera complejidad de esta enfermedad”.

A continuación, los expertos abordaron el presente y futuro terapéutico del párkinson. La neuróloga del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid Elena Casas dio a conocer los nuevos tratamientos que se acaban de comercializar en España este año.

NUEVAS TERAPIAS

“En los primeros años de la enfermedad existe una fase de ‘luna de miel’ en cuanto a los síntomas que permiten hacer una vida relativamente normal. Sin embargo, el párkinson progresa y en muchos casos la terapia inicial se queda corta en el control de los síntomas”, explicó la experta.

A esto añadió que “la desgracia de que esta enfermedad sea tan frecuente tiene la ventaja de que hay mucha investigación y muchos fármacos para distintas fases de la patología. Solo en 2023 se han comercializado en España dos nuevos fármacos y hay muchos otros en estudio”.

Hoy en día ya están comercializadas varias terapias de segunda línea que se caracterizan por ser tratamientos individualizados, es decir, “son recetas para cada paciente”.

Entre ellas destacan dos perfusiones comercializadas de ‘apomorfina’, un agonista dopaminérgico recomendado para el párkinson avanzado y que mediante una inyección subcutánea libera el medicamento de forma continuada. “De esta forma se evitan las subidas y bajadas de la medicación anterior. Para ello se intenta mantener una dosis mínima continuada en todo el día con periodos de descanso que suele ser por la noche”, subrayó la doctora Casas.

CON CIRUGÍA

Otra perfusión es la ‘duodopa’ que es intestinal en gel y que precisa una pequeña cirugía para introducir una sonda en el duodeno. Además, explicó la neuróloga, otro tratamiento es la estimulación cerebral profunda con la colocación de dos electrodos en ciertas áreas cerebrales que producen estímulos continuados.

Sin embargo, destacó la doctora Casas, “ninguno de estos tratamientos curan la enfermedad del Parkinson, pero es cierto que dan calidad de vida, reducen los síntomas y permiten hacer actividades que sin medicación no podrían ser posibles”.

Otra terapia denominada ‘levodopa’ es un dispositivo del tamaño de un bolígrafo indicado para pacientes con fluctuaciones en sus síntomas y que se inhala por boca y que permite una mejoría de los mismos a los 10 minutos de su administración.

Por su parte, el neurólogo del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y coordinador del grupo de estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología (SEN), el doctor Álvaro Sánchez Ferro, quien abordó el futuro terapéutico del párkinson, subrayó que “hoy en día existen varios tratamientos en investigación, muchos de ellos con una orientación a frenar, enlentecer la progresión o incluso curar el párkinson, aunque esto último hay que tomarlo con precaución”.