El estudio, titulado "El espejo social de la mujer con gran discapacidad", refleja la anulación social a la que son sometidas estas afectadas, así como los problemas que se derivan de la necesidad de educar a su entorno para que aprenda a convivir con ellas.

En concreto, las mujeres encuestadas se quean del enorme sacrificio que supone enfrentarse a la nueva situación y reconocen lo fácil que es caer en la frustración ante prejuicios y obstáculos sociales.

No obstante, el estudio también recoge aspectos que invitan al optimismo. Prueba de ello es que muchas afectadas admiten haber recibido grandes satisfacciones y muestras de afectividad que, a su entender, sólo pueden ser producto de situaciones extremas.

Extraídas las conclusiones de la primera fase, los trabajos de investigación continuará a lo largo de este año, ahondando en cómo vive el entorno social de estas mujeres su lesión y las limitaciones fisiológicas que conllevan.

En España existen más de dos millones de mujeres discapacitadas, de las que sólo 104.568 trabajan, el 15,8% de las 659.329 que se encuentra en edad de hacerlo.