Así lo reclamó en un comunicado en el que, respecto a las posibles prácticas abusivas, puntualizó que, las mismas, además de otras dos, son las mismas que viene “denunciando cada verano”.

En este sentido, criticó el cobro de una comisión de entre dos y tres euros para poder recuperar el saldo que quedara en la tarjeta 'cashless', un medio de pago obligatorio que, deslizó, “limita además el derecho de los asistentes a usar el efectivo”, al tiempo que indicó que “a veces se impone un plazo de pocos días para reclamar la devolución”.

A su vez, destacó que el cobro de otra tasa por salir y volver a entrar al festival es “otra mala práctica bastante común que no responde a ningún servicio adicional”, al entender que el control de aforo “es inherente a la organización del evento”.

De hecho, según OCU podría considerarse “una retención ilegal y puede tener un coste de hasta 25 euros”.

“Otra mala práctica, este año menos frecuente, es la prohibición de entrar con alimentos y bebidas, que, si bien se contempla en la normativa de varias autonomías, es abusiva, por cuanto la actividad principal del festival es artística y musical, no alimentaria”, argumentó.

En paralelo, estimó que también es “abusivo” el hecho de “no contemplar la devolución de la entrada por causas climatológicas por cambio de cartel”, una circunstancia que “impide disfrutar del evento y que incluso podría resultar peligroso para los asistentes”, según la entidad.

ABUSOS PUNTUALES

OCU también ha detectado otros “abusos puntuales”, como no admitir el pago en efectivo dentro del festival, o la imposibilidad de obtener el reembolso de la entrada si se cambia la localidad de celebración.

En este contexto, aprovechó la decisión de Consumo para volver a pedirle el desarrollo de una normativa nacional “homogénea” sobre los derechos de los asistentes a este tipo de eventos, estableciendo a su vez compensaciones automáticas en caso de “malas prácticas”.

“Y es que hoy por hoy, salvo en el caso de Asturias, la legislación autonómica es permisiva y generalmente favorable a los intereses de los promotores de los festivales de música al aire libre”, apostilló.

Entretanto, anima a los afectados a solicitar la hoja de reclamaciones y recordó que algunas de estas acciones, como la suspensión de un festival o los cambios de última hora en el cartel de grupos podrían implicar, además del reembolso del dinero, una reclamación por daños y perjuicios derivados de los gastos asociados que hubiera supuesto el traslado del aficionado.