En un informe elaborado por esta comisión, la OIT asegura que en algunos países estas formas de discriminación se manifiestan en la práctica, mientras en otros se consagran o se hacen posibles por la legislación o el sistema jurídico en vigor, que permite exclusiones o limitaciones a personas de ciertos grupos étnicos o religiosos.

A juicio de los responsables de la OIT, estas prácticas están poniendo en peligro los progresos alcanzados en los últimos años en lo reativo a eliminar la discriminación en el empleo y promover la igualdad entre hombres y mujeres.

La OIT hace en su informe un llamamiento a todos los Gobiernos y a las patronales y sindicatos para que tomen todas las medidas a su alcance con el fin de "derogar toda disposición legislativa o reglamentaria incompatible con el convenio sobre la discriminación y con el objeto de terminar con las prácticas discriminatorias".