La OMS dice estar “profundamente preocupada” por la reanudación los bombardeos y operaciones terrestres en Gaza, por lo que reitera su llamamiento a Israel para que adopte todas las medidas posibles “para proteger a los civiles y a la población civil infraestructura, incluidos los hospitales, según las leyes de la guerra”.

Según la Organización, Gaza “no puede permitirse” perder otro hospital mientras las necesidades sanitarias siguen aumentando. “A medida que más civiles en el sur de Gaza reciben órdenes de evacuación inmediata y se ven obligados a desplazarse, más personas se concentran en áreas más pequeñas y en los hospitales restantes en esas áreas funcionan sin suficiente combustible, medicamentos, alimentos, agua o protección de los trabajadores de la salud”.

Además, la OMS y otras entidades humanitarias tienen menos capacidad para prestar apoyo, “debido a la disminución del acceso a nuestros suministros o a cualquier garantía de seguridad cuando trasladamos suministros o personal”.

Por otra parte, el acceso a los almacenes de suministros podría ser un desafío en los próximos días debido a las operaciones en tierra. Por ello, la entidad denuncia que “es probable que la intensificación de las operaciones militares terrestres en el sur de Gaza, en particular en Jan Yunis, deje sin acceso a miles de personas a la atención médica”, especialmente al Complejo Médico Nasser y al Hospital Europeo de Gaza.

Se estima que alrededor de 1,9 millones de personas, casi el 80% de la población de Gaza, son desplazados internos, con las consecuencias sanitaria que ello implica. En menos de 60 días, el número de hospitales en funcionamiento ha bajado de 36 a 18, según datos de la OMS.

De ellos, tres sólo brindan primeros auxilios básicos, mientras que los hospitales restantes prestan servicios parciales. Los 12 hospitales que siguen funcionando en el sur de Gaza "son ahora la columna vertebral del sistema de salud".

SITUACIÓN "CATASTRÓFICA"

En una visita reciente al Complejo Médico Nasser en Khan Younis, el equipo de la OMS describió la situación en el interior como catastrófica: "Los terrenos de los edificios y hospitales están muy abarrotados de pacientes y personas desplazadas que buscan refugio. La sala de urgencias está repleta de pacientes. Hay una escasez de trabajadores de la salud en comparación con las necesidades abrumadoras".

Por otra parte, los médicos han observado un aumento de las enfermedades infecciosas, incluidas las infecciones respiratorias agudas, la sarna, la ictericia, la diarrea y la diarrea sanguinolenta. Los refugios en el sur también están recogiendo casos de síndrome de ictericia aguda, una señal preocupante de hepatitis.

Del 7 de octubre al 28 de noviembre, la OMS registró un número "sin precedentes" de ataques contra la atención de la salud: 203 ataques contra hospitales, ambulancias, suministros médicos y la detención de trabajadores de la salud. "Esto es inaceptable: hay medios para proteger a los civiles y la infraestructura civil, y deben instituirse. La única solución viable es una alto el fuego permanente", remachó la OMS.