"La reputación de Botsuana ahora se relaciona con el destino de los bosquimanos", declara el director de la organización, Stephen Corry, quien culpa al Gobierno de este país africano de destruir de esta forma las únicas fuentes de riqueza.

Survival subraya que mientras se acrecientan las medidas represivas del Gobierno contra los bosquimanos gana y gwi, se teme que el Ejecutivo esté empeñado en volver a expulsar a los aproximadamente 200-250 bosquimanos que continúan viviendo en su tierra.

El Gobierno ha prohibido, según la ONG, el acceso a la Reserva a cualquier persona del exterior, incluidos a los periodistas, y está intentando impedir a los bosquimanos que han permanecido en el interior que tengan cualquier forma de comunicación con el exterior.

Para el Ejecutivo, el cierre de la Reserva se debe a una enfermedad llamada "sarna sarcóptica" encontrada en las cabras de los bosquimanos, que, a juicio de un portavoz gubernamental, tiene una "alta tasa de víctimas mortales".

Sin embargo, Survival informa de que James Wood, Director del Consorcio de enfermedades infecciosas de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Cambridge, niega esa afirmación y asegura que "el peligro de que los animales en libertad se contagien por las cabras de los bosquimanos es escaso". Según dijo, "no hay razón alguna para cerrar la Reserva de Caza por su presencia allí".

Una treintena de los que aún viven en la Reserva se opusieron completamente a las expulsiones en 2002, mientras que el resto regresó a sus hogares después de las expulsiones a pesar de la oposición del Gobierno.