En un encuentro informativo con periodistas y empresarios, Aznar dijo tener una mala impresión sobre el futuro de las relaciones entre israelíes y palestinos porque "las cosas no están resueltas políticamente, la voluntad de las partes de llegar a soluciones es una voluntad cuestionable y la situación humanitaria es catastrófica".

No obstante, instó a la Comunidad Internacional a "no desesperar" y seguir trabajando con los compromisos básios a los que ya se han sometido los líderes de ambos bandos para buscar una salida dialogada al conflicto que desemboque, finalmente, en una "Conferencia Internacional" que reúna a los principales actores para lograr un futuro de paz.

Aznar reconoció que toda situación es susceptible de empeorar, como ha ocurrido en Oriente Próximo durante los últimos meses. Así, prefirió no hacerse "ninguna ilusión" y concluyó que "a pesar del acuerdo básico cuesta extraordinariamente avanzar en estas cuestiones". A u juicio, las próximas semanas en Israel estarán "absolutamente erizadas de dificultades".