"España ha dado una imagen de seguir en exceso a Estados Unidos y eso ha sorprendido a los magrebíes", dijo. "Por eso, esperamos que ahora que ha terminado la guerra se implique más en los diálogos entre Norte y Sur y marque una diferencia con respecto a otros países occidentales".

"De ser así, España será el país con el que los estados de la ribera sur del Mediterráneo estarán dispuestos a entablar el diálogo para asegurar la paz y reforzar la seguridad en la zona", añadió Belrhaid.

El plítico argelino realizó estas declaraciones en el acto de presentación del foro "Diálogo Mediterráneo de los Ciudadanos", que se celebrará el próximo mes de abril en Granada y en el que participarán unos 300 intelectuales y dirigentes políticos del mundo árabe y occidental.

Este foro será el primer encuentro no gubernamental euro-árabe desde el inicio de la guerra del Golfo Pérsico y en él estarán representados todos los países mediterráneos.

Entre los participantes destacan el premio Nobel de Lieratura 1988, el egipcio Naguib Mahfouz; el francés Harlem Desir, responsable de "S.O.S. Racisme", y el presidente del Comité Político del Consejo Nacional de Palestina, Nabil Shaat.

PROBLEMAS DEL MEDITERRANEO

El encuentro pretende ser "un marco de diálogo en el que no se va a sacar una resolución, sino a plantear los problemas que acucian al Mediterráneo", según Francisca Sauquillo, presidenta del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL).

Aunque el programa definitivo aún no ha sdo elaborado, los organizadores subrayaron que los debates versarán sobre el desarrollo de los pueblos y el ecosistema mediterráneo, la necesidad de un programa de desarme y un plan de paz para el conflicto árabe-israelí y la guerra del Líbano.

Como recordaron los representantes del MPDL, la idea de organizar este foro surgió durante la VIII Convención Europea para el Desarme Nuclear, que se celebró hace dos años en Vitoria, "lo que demuestra que los problemas son anteriores al conflicto del Golfo". Para Abubakr Belrhaid, el enfrentamiento bélico recientemente finalizado dificulta las relaciones entre los pueblos árabes y occidentales, porque los gobiernos nacionales han manejado a la opinión pública para justificar sus acciones.

"Nuestra intención es que los diálogos entre los pueblos no estén sólo en manos de los gobiernos, sino también de la opinión pública, que, de haber estado más informada y más implicada, probablemente hubiera evitado la guerra", agregó.

Todos los asistentes al act coincidieron en la necesidad de conseguir un equilibrio socio-político "nuevo y justo" en Oriente Medio una vez finalizada la guerra.

"Pero habrá que tener en cuenta también los intereses de los países pobres del sur, que a finales del siglo XX supondrán el 80 por ciento del total de la población mundial, porque si no, será el nuevo orden de los ricos", concluyó Belrhaid.