El Papa comienza la carta, de 20 páginas en su versión española, evocando el amor de Cristo por su madre, la Virgen María, y recuerda a los sacerdotes "¡cuántos de nosotros deben también a la propia madre la vocación sacerdotal!".

"La relación con la Madre de Dios", señala el Papa, "es fundamental para la reflexión cristiana. La figura d la Virgen María representa una gran fuente de inspiración, no sólo para la vida espiritual, sino incluso para la cultura cristiana y para el mismo amor a la patria".

El Santo Padre añade que, "aunque en la liturgia del Jueves Santo no se habla de María, es difícil no percibir su presencia en la institución de la Eucaristía", ya que "dió la vida al Hijo de Dios, así como han hecho con nosotros nuestras madres, para que El se ofreciera y nosotros también mediante el ministerio sacerdotal".

ELECCION DL CELIBATO

De esta manera, afirma Juan Pablo II, "en su ministerio se verá acompañado por un sentimiento de gran confianza precisamente por parte de las mujeres, consideradas por él en las diversas edades y situaciones de la vida, como hermanas y madres".

"Tanto el matrimonio como el celibato son dones de Dios", señala el Santo Padre. Sin embargo, advierte que "cuando el trato con un mujer peligra el don y la elección del celibato, el sacerdote debe luchar para mantenerse fiel a su vocación. Semeante defensa no significaría que el matrimonio sea algo malo, en si mismo, sino que para el sacerdote el camino es otro".