Tras reunirse con el presidente de la Conferencia de Rectores, Saturnino de la Plaza, Fidalgo indicó que el dato de octubre rfleja que la desaceleración económica tiene un "efecto social pernicioso", como es "la incapacidad de la economía no sólo para generar empleo, sino para mantener el existente".

El Gobierno no tiene que decir que está subiendo el paro, sino qué va a hacer para evitar la destrucción de empleo, apuntó Fidalgo. En su opinión, los Presupuestos Generales del Estado para el 2002 están hechos "sin considerar" la desaceleración económica.

Fidalgo insistió en su tesis de que "hace falta una reconsideraciónde la política económica y presupuestaria" del Gobierno.