En un acto en el que no estuvo presente el Partido Laborista en el gobierno, estas cinco formaciones -que reúnen 276 de los645 diputados de la Cámara Baja del Parlamento británico- reivindicaron la creación de un organismo independiente que controle las emisiones de gases de efecto invernadero, y fije los niveles máximos para cada año en el país.

La idea partió del portavoz de medioambiente del partido Liberal Demócrata, y la ong Friends of the Earth le ha prestado de inmediato su apoyo.

Esta reivindicación ha coincidido con la publicación de las estadísticas gubernamentales de las emisiones de CO2, que han mostrado un nuevo incremento en el Reino Unido.

Sin embargo, el gobierno de Tony Blair considera esta propuesta ineficaz, y ha subrayado que los conservadores se opusieron a medidas más efectivas para luchar contra el cambio climático, como la introducción de un impuesto para penalizar a las empresas con elevadas emisiones de dióxido de carbono, que podría haber reducido hasta en 3,7 millones de toneladas las emisiones de CO2 de aquí a 2010, según sus estimaciones.