Estas manifestaciones de Pastor abundan en el debate suscitado el viernes pasado en el Consejo de Ministros, al realizar el primer análisis de los presupuestos del año que viene, ya que parte del Gobierno se inclina para alargar el Programa de Convergencia con los acerdos de Maastricht hasta 1999, mientras que la sección económica del gabinete apuesta por un ajuste rápido en dos años.

Según Pastor, dicho esfuerzo presupuestario pasa por la reducción del déficit público en 1,5 puntos respecto al PIB y "si no somos capaces de hacerlo estoy seguro de que los mercados reaccionarán inmediatamente subiendo nuestros tipos de interés", señaló.

Sin un presupuesto restrictivo y una inflación controlada, señaló el responsable de Economía, "nos hace correr un serio rieso de entrar en 1996 en una recesión, no sólo no seguir la recuperación que se está consolidando en este momento, sino entrar en una recesión".

Los grandes objetivos presupuestarios para el año que viene, que empezó a analizar el pasado viernes el Consejo de Ministros, se basan en reducir el déficit público al 4,4% del PIB, lo que equivale a un recorte de un billón de pesetas, que se obtendría recortando el gasto y aumentando los ingresos.

Sin embargo, el Gobierno parece tener claro que no serán ls gastos sociales, pensiones y sueldos de empleados públicos, los que sufran las rigideces del ajuste, por lo que se trabaja sobre la hipótesis de una inflación en torno al 3% que sería lo que aumentarían estas retribuciones.