Así lo indicó Pelayo en un comunicado, tras la celebración de su asamblea hoy en Madrid. Francisco Lara llegó a la presidenta de Pelayo en 2021, tras ser previamente director general de la compañía. Sustituyó entonces a José Boada, que cumplía 65 años, edad a la que se deben jubilar los ejecutivos, según los estatutos de la compañía.

En la asamblea también se aprobaron las cuentas de 2022 y aplicar del resultado neto de 3,45 millones una cuantía de 300.000 euros a acciones solidarias desarrolladas por la Fundación Pelayo y el resto a reservas de estabilización a cuenta y estatutarias.

Así, los fondos propios de la entidad alcanzan los 356,4 millones, lo que sitúa el superávit del margen de solvencia en 2,6 veces el mínimo exigido.

Con motivo de la asamblea, se celebró una jornada por la mañana para todos los directores y responsables del grupo a la que pudieron asistir el resto de empleados y que giró en torno a los principales retos y objetivos para 2023, basados en la consecución del Plan Estratégico 2022-24.