En opinión de Perales, el PP tiene una "situación de crisis" derivada de un problema de diseño de España, de las alternativas para los problemas que tiene España, en relación con los partidos nacionalistas".

"Ahora mismo", explicó, "España está gobernada por una persona que como Aznar creía que la Constitucióbn era un peligro para la España imperial cuando se aprobó, y tiene artículos escritos en ese sentido, y, por otros, que creen que la Constitución no satisface los intereses de las nacionalidade históricas, poniendo en crisis el pacto constitucional de 1978. Ese es el reconocimiento de una evidencia de que hay un problema en este momento".

El dirigente socialista opinó que "el giro hacia el centro es una pirueta de los estrategas de imagen y de los analistas de las encuestas del Partido Popular y, al mismo tiempo, es la manifestación de una crisis interna en el Partido".

Sobre esa "crisis interna", explicó que "es evidente que hay una conspiración de personajes como Jaime Mayor Oreja (mnistro del Interior) o como Javier Arenas (ministro de Trabajo) contra Francisco Alvarez Cascos. El objetivo ideal para ellos sería arrojar por la borda a Alvarez Casco en los próximos meses, porque para algunos del PP sería la evidencia de que hay una verdadera renovación en el partido".

En opinión de Perales el "problema de fondo", dijo, "es si el PP, y especialmente Aznar, adopta posiciones democraicas, no de centro. Parece una broma que ellos reivindiquen el centro político, ellos son un partido cnservador, un partido de derechas, pero les falta la prueba de la democracia".

En este sentido afirmó que "el PP es un partido que tiene manifestaciones antidemocráticas: En primer lugar, la utilización de la justicia contra los adversdarios políticos. No se nos debe olvidar que, por ejemplo, en el caso Sogecable, un secretario de Estado del que todavía el Gobierno no ha dicho quién era, encargó el informe para iniciar esas acciones legales. Se utilizó el Estado contra una empresa privada de medios decomunicación y, naturalmente, se empleo el poder del Estado y el poder que da la política en el caso GAL".

"En segundo lugar", agregó, "el eterno problema de la derecha nacional es que siempre tiene como objetivo el exterminio del adversario. Y naturalemnte la derecha española tiene que hacer gestos que demuestren que rechaza ese comportamiento y que es como la derecha británica o la derecha francesa, que admiten que una veces ganan unos y otras veces gana otros".