“¿Cómo vuelan los aviones? ¿En qué consiste el día a día de un piloto y un tripulante de avión?” Esas son algunas de las preguntas que los pilotos de easyJet Federico Di Cesare y Jaume Carrascosa, junto a las tripulantes Lidia Pedrosa y Estela Vall, respondieron en una visita a la Fundación de Oncología Infantil Enriqueta Villavecchia, donde se acercaron para trasladar la magia de volar a los más pequeños y compartir una tarde de conversaciones.

Con esta acción, easyJet indicó que reafirma su compromiso de estar cerca de las comunidades en las que opera y de fortalecer su vínculo con Barcelona, el primer destino al que voló en España y ciudad donde abrió base en 2016, cuyo 10º aniversario celebrará el próximo año. Con iniciativas como esta, la aerolínea no solo conecta ciudades: también impulsa historias, alimenta ilusiones y acompaña a quienes desean seguir soñando.

Durante la visita, los pilotos y las tripulantes impartieron un taller que combinó juego y descubrimiento. Los niños y niñas aprendieron a construir aviones de papel y, al mismo tiempo, conocieron de primera mano cómo es la vida de un piloto y un tripulante, indagando en qué ocurre detrás de cada vuelo.

Federico Di Cesare, comandante de easyJet, explicó que “estar con los pequeños ha sido una experiencia profundamente enriquecedora. En un momento del año lleno de ilusión, hemos querido acercarles un poco de ánimo y esperanza. Al final, han sido ellos quienes nos han enseñado una lección de valentía.”

Por su parte, Lidia Pedrosa, tripulante de cabina de easyJet, añadió que “esta tarde navideña nos ha dejado una huella inmensa. Los niños y niñas de la fundación nos han enseñado que, incluso en los momentos difíciles, siempre hay espacio para la imaginación, el humor y los sueños. Nos sentimos muy agradecidos y tenemos muchas ganas de volar con ellos pronto.”

La Fundación de Oncología Infantil Enriqueta Villavecchia, con quien easyJet ha colaborado en la organización de esta actividad dentro del recinto histórico de Sant Pau, nació en Barcelona en 1989 y trabaja para acompañar a niños, niñas y jóvenes que afrontan un cáncer u otras enfermedades graves, así como a sus familias. Como entidad sin ánimo de lucro, su labor se centra en ofrecer un apoyo integral —emocional, social y práctico— para que cada menor y su entorno se sientan acompañados en todo momento.

La actividad se realizó junto al Pabellón de la Victoria, el 'hospice' infantil pionero que la Fundación Villavecchia está construyendo en uno de los pabellones modernistas de Sant Pau, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.