No obstante, López Garrido, en declaracionesa Servimedia, valoró con satisfacción la reacción contraria a este procedimiento expresada por el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, a propósito de una petición formulada en este sentido por el Gobierno chileno.

El responsable de NI enjuició que "está muy bien que (el Gobierno español) no acepte el arbitraje porque es, entre otras cosas, un auténtico disparate jurídico".

Sin embargo, opina que la razón de que el Gobierno de Chile haya realizado un planteamiento formal al respecto es reultado de que su homólogo español "le ha dado alas para que lo haga".

En este sentido, tildó de "pasteleo" los contactos habidos en las últimas semanas entre el propio Matutes y las autoridades chilenas acerca de la situación del ex dictador, al tiempo que recordó la oposición del resto de partidos políticos españoles a cualquier solución que no fuera judicial.

Para López Garrido, el Gobierno "tenía que haber dejado claro desde un principio que no podía admitir ningún tipo de acuerdo político sobe una cuestión que es puramente judicial y sencillamente de aplicación de las leyes a un criminal contra la humanidad".

Concluyó diciendo que el Gobierno español ha hecho "un doble juego" al defender, por un lado, la independencia judicial pero, por otro, ordenar al Ministerio Fiscal que adopte todas las medidas posibles para obstaculizar el que Pinochet sea juzgado.