Investigación

Las plantas dejan de crecer en sequía para proteger su ADN de mutaciones

MADRID
SERVIMEDIA

Un equipo del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (Ibmcp) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat Politècnica de València (UPV) demostró que el parón del crecimiento de las plantas en épocas de sequía no responde a la necesidad de ahorrar energía para activar los mecanismos de defensa, como se creía hasta ahora, sino que lo hace para proteger su ADN de mutaciones.

La investigación, publicada en la revista ‘Nature Communications’, señala que la clave podría estar en el mecanismo de protección del ADN de las células madre de la planta que intentan evitar la transmisión de mutaciones a la descendencia.

En épocas de sequía, las plantas dejan de crecer. Hasta ahora se atribuía esta respuesta a una necesidad de redirigir los recursos energéticos de los que disponen hacia la puesta en marcha de la respuesta defensiva. Sin embargo, el Grupo de Señalización de Plantas del Ibmcp, liderado por el profesor de investigación del CSIC Miguel Ángel Blázquez, planteó una alternativa.

Uno de los efectos del estrés en cualquier ser vivo es la generación de radicales libres que causan daños en su ADN. Así, los investigadores buscaron si la parada en el crecimiento de la planta podría ser un mecanismo de protección del ADN, ya que es durante las divisiones celulares cuando este está más expuesto al daño. Los experimentos realizados confirmaron su hipótesis.

La parada en el crecimiento de una planta es beneficiosa para preservar su integridad durante las épocas de escasez de agua. Asimismo, como explicó el investigador del CSIC en el Ibmcp, los científicos pensaron que hay un beneficio “adicional en esta parada”.

Todos los órganos de la planta provienen de los meristemos. Se trata de tejidos vegetales donde se alojan las células madre que “cuenta con la capacidad de dividirse continuamente durante toda la vida de la planta para generar nuevos tejidos y órganos”.

Por esto, a juicio de Serrano, es “muy probable” que el mecanismo de protección del ADN de esas células del meristemo se active en condiciones de estrés hídrico y paralice su proceso de “subdivisión constante y crecimiento, con el propósito de evitar la transmisión de mutaciones a la descendencia”.

Los investigadores generaron plantas en las que desacoplaron el “freno del crecimiento bajo estrés” e, incluso, en las condiciones adversas de falta de agua, las plantas “siguen creciendo sin sufrir su respuesta de defensa”, y esto les llevó a pensar que la detención del crecimiento “no se debe a una falta de recursos energéticos, sino a otra causa”, dijo Blázquez.

(SERVIMEDIA)
10 Jul 2025
AGG/clc