En una entrevista en Catalunya Ràdio recogida por Servimedia, Montero recordó que el Estado acogió “con gran éxito” a 30.000 niños ucranianos durante los primeros meses de la invasión rusa de Ucrania sin que las comunidades del PP “alzaran la voz”. Así, achacó el “escándalo” actual a que que PP y Vox están “compitiendo en racismo” y estos menores son “negros”.

Montero denunció que “toda la estructura del Estado tiene un sesgo racista en su práctica” y se olvida de que son “niños que migran solos, en unas condiciones muy difíciles y en una situación de vulnerabilidad que es evidente” que debe obligar a la Administración a “responder” y velar por sus derechos.

En este sentido, deploró que el Gobierno de Pedro Sánchez los trate como “si fuesen paquetes que hay que depositar en un sitio o en otro”, aunque reconoció que “es mejor que estén bien atendidos y que haya un reparto” a que se queden en Canarias, donde los recursos logísticos están sobrepasados.

Montero sostuvo que esta coyuntura es consecuencia de los “pactos criminales y racistas” suscritos entre PP y PSOE en la Unión Europea, así como las desigualdades en África, de las que también hizo responsables a estos dos partidos por su influencia en Bruselas.

No obstante, advirtió de que en Cataluña Junts también “está compitiendo en racismo con Aliança Catalana y está tratando de instalar un relato racista que incluso ha pactado con el Partido Socialista” en la ley para el traspaso de las competencias de inmigración, “que no tiene nada que ver con el autogobierno”, sino con “una competencia racista”.

En este contexto, Montero apostó por derogar la Ley de Extranjería y es regularizar la situación de miles de personas migrantes y “racializadas” que se encuentran en “una situación administrativa irregular”, lo “que es una puerta de entrada a la vulneración de derechos fundamentales”.