Así lo calificó la diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo que preguntó en el Congreso a la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes sobre qué entiende el Gobierno por reconciliación.

La parlamentaria argumentó contra “el último bulo” que en su opinión ha promovido el Ejecutivo, sobre la Comisión de Venecia, órgano consultivo del Consejo de Europa de expertos juristas, al que el ministro de Presidencia atribuyó que “la amnistía es una herramienta política y constitucional útil y necesaria para la reconciliación”.

Álvarez de Toledo aseguró que dicha comisión pide “razones de reconciliación” mientras a los miembros del Gobierno “les mueve una ambición despótica y desquiciada” y que tras la amnistía tratan de “colar” un referéndum y “redactan a cuatro manos con golpistas”.

“Vamos a imaginar una reconciliación de verdad: los nacionalistas reconocen todos sus delitos y renunciarán a volver a cometerlos, tanto por la vía golpista como por la via socialista que recomienda el ‘sherpa’ de la mutación constitucional, Zapatero, sí; asumirán que fueron limpiamente derrotados por el Estado y que la xenofobia es un atavismo indecente; retirarán sus sucias comisiones de ‘low fare’; acatarán el 25% de castellano, lengua materna de la mayoría de los catalanes; abrazarán el pluralismo: TV3 por fin será de todos o de nadie; y, sobre todo, reconocerán que ser nacionalista no es una condición para ser catalán; es decir, que Teresa Freixas es tan catalana como Miriam Nogueras”, indicó la diputada.

“Por resumir, señorías, serán ellos quienes invoquen la reconciliación, con la otra Cataluña, con el resto de España y con la democracia. Ahora, dígame, cuál de estos hechos ha hecho su candidato a la Generalidad, me refiero al señor Puigdemont, no al humillado Illa. Reconciliación, dicen, señorías. La corrupción provocan y el desgarro provocan. Son ustedes un bulo, envuelto en un embuste dentro de una trola”, concluyó.

ACERBO DEL PP

En su intervención, la ministra portavoz lamentó que la preguntasen “por algo que desconocen” y que reconciliación consiste en “poner de acuerdo a quienes están en desacuerdo” y se hace “desde el diálogo, el respeto y la buena política”.

“Queda claro que no me va a preguntar nunca por esas palabras que forman parte del acerbo de su partido: comisionar, defraudar, engañar, polarizar, tensionar, criticar, insultar, deshumanizar, asediar, cercenar, amenazar, privatizar, recortar, desmantelar, despreciar, separar, censurar, enfrentar o cobrar, preferiblemente en ‘dinero B’, que así se pagan ustedes la sede de Génova”, aseveró la ministra, que terminó ironizando sobre la “trayectoria política” de la diputada, basada en una relación de “amor-odio” con el Partido Popular “con todo lo que ha dicho” de sus líderes, en referencia a Pablo Casado, Mariano Rajoy y Alberto Núñez-Feijóo.

“Ahí está usted de diputada reconciliada”, que “pierde los papeles, crispa y provoca”, prosiguió citando palabras de hace cuatro años del propio Feijóo. “Les hace falta mucha más humildad, no están para dar lecciones. Ustedes hablan mucho de la Constitución, pero la única constitución que entienden ustedes es la de crear empresas pantalla para defraudar a Hacienda”, concluyó.