Blas Camacho, que es portavoz del PP en la Comisión de Industria, pide por segunda vez el amparo del presidente del Congreso de los Diputados para ser contestado adecuadamente a una pregunta que formuló al Gobierno sobre la relación de inmuebles comprados y vendidos por el Estado en 1990.

Camacho explica, en una nota difundida hoy por el PP, que cuando realizó la pregunta al Gobierno por primera vez, el Ejecuivo le contestó que en 1990 habían sido comprados un total de 92 inmuebles por un valor superior a los 33.000 millones de pesetas.

Al no especificar el Gobierno en su respuesta la ubicación, el precio y el nombre de los compradores de los inmuebles, Camacho solicitó amparo al presidente del Congreso, que le fue concedido.

Según el parlamentario popular, en la segunda respuesta del Ejecutivo coincidía el número de inmuebles adquiridos por el Estado en 1990, pero no el importe de las compras, que e esta ocasión ascendía a 11.000 millones de pesetas, lo que significa, para Camacho, "que han desaparecido más de 22.000 millones de las cuentas del Estado".

En cuanto a los inmuebles vendidos por el Estado durante 1990, en la segunda respuesta el Gobierno señalaba que fueron 186, frente a los 172 indicados en la primera. En ambos casos, los inmuebles fueron vendidos al mismo precio. Ello supone, a juicio del diputado popular, que "hay catorce inmuebles que no tienen precio".

Por todo ello, el palamentario afirma que de las respuestas facilitadas por el Gobierno se deduce que "el Estado ha regalado catorce inmuebles en 1990 y han desaparecido 22.000 millones de las arcas del Estado".

Camacho se pregunta "dónde pueden haber ido a parar los 22.000 millones que el Estado dijo haber pagado en mayo por la compra de inmuebles y se han perdido en el camino hasta el mes de diciembre", así como "quiénes son los agraciados de ese obsequio de Navidad que suponen catorce inmuebles que el Gobierno dice haer vendido sin que su precio haya ingresado en las cuentas del Estado".

Para el diputado del PP, con esta actitud "el Gobierno no sólo demuestra que me está tomando el pelo a mí como diputado, sino también al presidente del Congreso, al no atender la petición de amparo".