Este posible cambio se enmarca en el proceso de renovación que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, impulsará en el Congreso Nacional que se celebrará del 4 al 6 julio en Madrid, donde también se renovará el ideario y la dirección del partido.

La revisión de los plazos regionales evitaría la convocatoria automática de procesos internos tras la cita nacional, como establecen los Estatutos del PP en estos momentos. En concreto, está establecido que los congresos regionales “deberán efectuarse dentro de los cuatro meses siguientes a su celebración, salvo cuando el Comité Ejecutivo Nacional [órgano conformado principalmente por la dirección del partido y los barones] dispusiera en su caso lo contrario en razón de los intereses generales del partido”.

Como admitieron fuentes ‘populares’ a Servimedia hace unas semanas, la redacción es pretendidamente ambigua para que el presidente de turno del partido pueda decidir a su conveniencia. Pero los ponentes de los nuevos Estatutos están valorando modificarla para que “los congresos se celebren cuando sea bueno para el partido celebrarlos”, aunque Sirera no detalló si eliminarán o alargarán los plazos.

“Estamos hablando y tenemos que acabar de decidirlo”, dijo. “España es plural y cada territorio tiene también su propia idiosincrasia. Hay comunidades autónomas uniprovinciales, hay otras que tienen muchas provincias […] y estamos trabajando para que para dar la mejor respuesta, la mejor solución”.

“Los congresos tienen que ser instrumentos al servicio del partido y no deben ser un problema. Y por tanto tenemos que tener la suficiente capacidad como para que los congresos se celebran cuando sea bueno para el partido celebrarlos”, añadió, y aseveró que “no hay ninguna decisión tomada ni cerrada”, por lo que la redacción podría incluso mantenerse invariable.

En estos momentos, la celebración del Congreso del PP de Cataluña acumula casi tres años de retraso, mientras que el de la Comunidad Valenciana, que debería celebrarse este verano, se retrasará previsiblemente hasta, al menos, 2026. La celebración de estos cónclaves conllevarían una renovación orgánica. En Cataluña, el líder del PP, Alejandro Fernández, ya tuvo dificultades para ganarse la confianza de Génova para las elecciones autonómicas del año pasado, pero sigue sin haber ningún candidato alternativo. Y en Valencia, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, sigue cuestionado por la gestión de la dana. Feijóo no quiere precipitarse en ninguno de los dos casos, sobre todo cuando no hay elecciones en el horizonte.

Además de Sirera, líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, la nueva ponencia de estatutos está siendo redactada por el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras; la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola; y la alcaldesa de Santander, Gema Igual. Los cuatro están escuchando la “opinión” de todas las bases para que “todo el mundo se sienta cómodo”, y entregarán su propuesta el miércoles 18 de mayo.

¿PRIMARIAS CON DEMOCRACIA REPRESENTATIVA?

La atención mediática se proyecta sobre el nuevo modelo de primarias. El actual, diseñado por el PP de Mariano Rajoy en 2017, se divide en dos fases. Una primera vuelta en la que los militantes votan al presidente del PP de entre todos los candidatos presentados; y, una segunda en la que votan los compromisarios –militantes elegidos por los afiliados–, pero solo entre los dos nombres más votados. El principal problema de este modelo es que los compromisarios pueden desdecir a la militancia, como ya sucedió en 2018. Entonces, Soraya Sáenz de Santamaría ganó entre los afiliados, pero los compromisarios eligieron a Pablo Casado y tumbaron las pretensiones de la exvicepresidenta.

Feijóo ya expresó su voluntad en 2022 por modificar este sistema. Y Sirera se inclinó en Servimedia por impulsar “la democracia representativa”, es decir, que los afiliados voten a unos compromisarios, que, posteriormente, elegirían directamente al presidente del partido de todos los candidatos.

“La democracia representativa funciona y funciona bien, nadie la cuestiona en el Congreso de los Diputados. Yo soy de Barcelona y no puedo votar a Alberto Núñez de Feijóo como presidente del Gobierno, sino que voto a los candidatos que se presentan en Barcelona, que se presentan como compromisarios o como diputados en el Congreso, y luego eligen presidente. Son fórmulas perfectamente democráticas, asimilables y, por tanto hemos, de acabar de configurar cómo se redacta o cómo se establecen esas reglas del juego”, dijo.

Este cambio en los estatutos tiene especial relevancia, ya que será la fórmula que se empleará para elegir al sucesor de Feijóo. Una de las posibles aspirantes es la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien avanzó en una entrevista en el diario ‘ABC’ que defenderá en el congreso de julio el modelo ‘un militante, un voto’. Preguntado por la opinión de la baronesa y las posibles implicaciones que puede tener en el cónclave, Sirera dijo que cree que “hay mucha más unanimidad en los planteamientos que lo que a veces se puede leer en los medios” y descartó una guerra interna.

“Leyendo en los medios lo que dice Ayuso, yo veo que no hay tanta discrepancia. Todo el mundo coincide en que el sistema actual es complejo, complicado y además puede provocar que los que los militantes digan una cosa y que luego los compromisarios digan la contraria, y todo eso genera algo de lío. Quiero ser respetuoso, porque estoy trabajando en esa ponencia con otras tres personas, pero sí digo que lo que dicen unos y otros en público es perfectamente compatible y vamos a intentar hacer una ponencia de estatutos en la que quien gane sea la militancia”, zanjó.

Por último, Sirera se mostró “convencido” de que el sistema de primarias será el mismo a todos los niveles, ya sea para el Congreso Nacional del PP o para un cónclave en un pueblo de 2.000 habitantes.