Granados mantuvo una reunión a las diez de la mañana con el primer edil de Boadilla para exigirle que dimitiera tras verse implicado en la investigación abierta por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón por el presunto cobro de comisiones en la adjudicación de contratos públicos.

En la conversación que ambos mantuvieron en el despacho de la sede madrileña del PP, Granados le pidió que pusiera el cargo a disposición del partido. Fuentes populares aseguraron que González Panero accedió fácilmente pese a declarse "inocente" ante la dirección del partido.

No obstante, pidió "tiempo" para anunciarlo, ya que tenía previsto acudir a la Nacional Audiencia Nacional para declarar voluntariamente ante Baltasar Garzón. De hecho, se comprometió a anunciar su dimisión a la salida.

La cosa cambió cuando el alcalde de Boadilla habló personalmente con Garzón y éste le comunicó que puede estar tranquilo porque de momento no tiene nada contra él.

A la salida de la Audiencia Nacional, el primer edil de Boadilla aseguró a los periodistas que ni había dimitido ni había hablado con nadie de la dirección del Partido Popular.

Desde ese instante, las alarmas saltaron en la sede nacional del PP, puesto que el líder del partido, Mariano Rajoy, acaba de anunciar públicamente en rueda de prensa que Arturo González abandonaba el cargo de alcalde.

El secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, telefoneó de inmediato al alcalde para advertirle de que "ya no hay vuelta atrás" y forzarle a que abandone el Ayuntamiento de Boadilla.

Si no lo hace en las próximas horas, Granados tiene previsto convocar una reunión del PP de Boadilla esta misma tarde y presentar una moción de censura contra el que todavía es su compañero de partido.