Don Felipe de Borbón, antes de subir al helicóptero en el que viajó hasta Madrid, agradeció la acogida de todos los extremeños y la posibilidad que se le ha dado de conocer la realidad de la región.

Destacó que "Extremadura tiene mucho que aportar al esfuerzo de España ante el desafío europeo. He podido apreciar la exposición de todos los sectores económicos y profesionales, al igual que el de las intitucionales regionales para hacer frente a la Unión Europea".

Finalemente, afirmó que "Extremadura es una de las comunidades autónomas que más puede y debe obtener de los beneficios que a España le debe proporcionar la Unión Europea".

Por su parte, el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que despidió al Príncipe, señaló que "deseo que don Felipe se lleve de Extremadura una imagen de normalidad, de una tierra y de una gente que no da para una mala crónica negra, nipara un 'reality show', ni para un chiste de paletos". Añadió que "Extremadura ha perdido en colorido, pero ha ganado en bienestar".

Por la mañana, don Felipe visitó el monasterio de Guadalupe, acompañado por el alcalde y la corporación municipal. El prior de los Franciscano, el padre Guillermo Cerrato, recibió al heredero "en la casa de la patrona extremeña".

El padre fray Luis Blanco dirigió unas palabras al Príncipe, al que le encomendó que felicitase a su hermana la infanta Elena por su cumplaños y que le hiciera llegar a los Reyes "un saludo de afecto y lealtad de un monasterio que diariamente reza por la Familia Real, España y Extremadura".