Así lo sugieren la pediatra Tamsin Holland Brown, de Cambridgeshire Community Services Trust -unidad organizativa de los Servicios Nacionales de Salud de Inglaterra y Gales (NHS, por sus siglas en inglés) y sus hijas Lilac y Marigold en un artículo publicado este martes en la revista ‘The BMJ’.

Persiste la práctica tradicional de premiar durante las Navidades con regalos a los niños que se portan bien y dejar carbón a los que se han portado mal. Trozos de carbón están ampliamente disponibles en establecimientos minoristas en línea en Reino Unido.

Sin embargo, las autoras del artículo señalan que la quema de este combustible fósil no renovable no solo exacerba la crisis climática, sino que su impacto en la calidad del aire también puede ser perjudicial para la salud de los niños. "Sería bueno, por el amor de Dios, que se dejara el carbón en el suelo", argumentan.

Recibir un trozo de carbón también podría tener un impacto negativo en la salud mental de los niños, sugieren.

Ante la combinación de pandemia de covid-19, invasión rusa en Ucrania, crisis del coste de vida y emergencia climática, las autoras sugieren que fomentar las amistades y las conexiones entre generaciones "podría combatir la ansiedad" mejor que un trozo de carbón.

Como alternativas al carbón, las autoras proponen regalos reciclados, alimentos a base de plantas, caminatas, paseos en bicicleta en la naturaleza o novelas inspiradoras.

Lilac y Marigold faltaron a la escuela para asistir a una marcha climática en 2019 y señalan que el carbón es “un combustible fósil”, por lo que darles eso a los niños significa que “los adultos están siendo los malos”. “Necesitamos ser amables con el mundo”, concluyen.