Según informó este jueves el COP, entre estas propuestas destacaría la mejora de los determinantes sociales de la salud de la población, entre los que se encuentran garantizar los medios para atender las necesidades básicas (empleo, rentas, vivienda, etc.).

Además, recomendó mejorar la asistencia psicológica en el Sistema Nacional de Salud, incluyendo la inclusión en la Cartera de Servicios Comunes de Atención Primaria de la asistencia psicológica y el aumento de las plazas PIR y de los profesionales de la psicología contratados en el Sistema Nacional de Salud hasta alcanzar la media europea de 20 por cada 100.000 mil habitantes.

A esto se añade la puesta en marcha de un Programa Nacional de Prevención de Conductas Suicidas, así como el aumento de los profesionales de la psicología en los servicios hospitalarios, especialmente en los de neurología, oncología, cuidados paliativos, cuidados intensivos y en los servicios de emergencias y de salud pública.

Además, los psicólogos pidieron la mejora de la atención psicológica en otros servicios públicos y ámbitos que también tienen incidencia en la mejora de la salud mental como residencias de mayores, centros educativos, Instituciones Penitenciarias y en los Centros de Internamiento de Menores Infractores, y en las empresas.

PALIAR LA SITUACIÓN

Estas medidas, aseguraron desde el COP, “podrían paliar la situación actual de la salud mental aquejada de una grave carencia de recursos tanto humanos como materiales”.

En opinión del vocal adjunto a la presidencia del COP, Fernando Chacón, “el Sistema Nacional de Salud apenas facilita tratamientos psicológicos, y los que presta son en condiciones inadecuadas, y esto se debe a la escasez de profesionales de la salud mental en el sistema, y especialmente de especialistas en Psicología Clínica, pero que es extensible a profesionales de psiquiatría, enfermería de salud mental, etc.”.

Una escasez de profesionales que, a su vez, tiene consecuencias para los pacientes que se traducen en “largas listas de espera para acceder a la atención en los Centros de Salud Mental -alrededor de cuatro meses de media, llegando en muchos casos al medio año-, y casi lo que es más grave, los largos periodos interconsultas que suelen ser de dos meses, lo que imposibilita una intervención psicológica adecuada, cuando la frecuencia debería ser semanal”, añadió.

Esta situación, expuso Chacón, “obliga al profesional médico de Atención Primaria -la primera puerta de entrada al SNS-, a utilizar la única medida de la que dispone: la receta de psicofármacos”.

Asimismo, recordó las graves cifras de suicidio en España. “En 2022, 4.227 personas se suicidaron en España, un incremento de casi el 20% en cinco años” y, añadió, “la preocupación es aún mayor por el incremento de los suicidios en adolescentes”.