Así lo demandó en un comunicado emitido coincidiendo con la conmemoración, este sábado, del Día de las Personas Desaparecidas Sin Causa Aparente y en el que, tras señalar que, según el Centro Nacional de Desaparecidos (Cndes), a finales de 2022 había 6.192 denuncias activas, consideró que las desapariciones “son un grave problema” que “genera un impacto difícil de gestionar” y tiene “efectos devastadores a muy diversos niveles”.

“Desde ese entorno más cercano a la persona desaparecida hasta la comunidad o sociedad en su conjunto, pasando por los profesionales de la intervención implicados en ellas”, agregó, para señalar que la “incertidumbre” asociada a la “ausencia de respuestas” suele generar un “intenso malestar emocional que se entreteje con tristeza, desesperación, incluso desesperanza, rabia, impotencia, frustración, altos niveles de estrés y ansiedad y, en ocasiones, sentimientos de culpa”.

En este punto, subrayó que “desconocer qué le ha ocurrido a una persona que queremos”, es, “quizá, una de las cosas más difíciles de afrontar”.

FUNDAMENTAL DISPONER DE RECURSOS

Por esta razón, juzgó “fundamental” disponer de recursos humanos y materiales que permitan dar “respuesta” a esta situación “de manera eficaz y eficiente”, de acuerdo con los objetivos establecidos por el Cndes en el I Plan Estratégico en materia de Personas Desaparecidas (2022-2024).

“Dicho Plan incluye, especialmente, la atención a familiares y allegados y al tercer sector social; necesidad ya señalada en sus conclusiones por la Comisión Especial para el estudio de la problemática de las personas desaparecidas sin causa aparente aprobada por acuerdo del Pleno del Senado en el año 2013”, indicó.

PAUTAS ADECUADAS DE ATENCIÓN

En “línea” con estos objetivos, el Grupo de Trabajo de Intervención Psicológica en Desapariciones “trabaja” para establecer “pautas adecuadas” de atención psicológica con los “diferentes actores implicados” en una desaparición y “en las distintas fases del proceso”.

Junto a ello, promueve “actuaciones preventivas” frente a las desapariciones, así como acciones formativas, informativas y nuevas investigaciones que “den respuesta a este problema”.

“La actuación, tanto en el marco de la intervención, como de la prevención y posvención, por profesionales de la psicología especializados en desapariciones, resulta crucial”, sentenció, al tiempo que quiso “reafirmarse” en su “compromiso de seguir trabajando” para que a esta “problemática se le confiera la importancia y la atención que requiere y merece”.