A través de un comunicado, Carmona explica que "la densidad comercial de la Comunidad de Madrid es la más baja de España, ya que sólo cuenta con 12,54 comercios por cada mil habitantes".

Además, el responsable de Economía del PSM señaló que "desde que gobierna Esperanza Aguirre, este ratio no ha hecho más que empeorar, por lo que Aguirre se ha ganado a pulso el triste honor" de ser una "comercicida".

En paralelo, señalaron desde el PSM, "Madrid exhibe la tasa más alta de nuestro país en hipermercados, con un porcentaje de 74,7 metros cuadrados por cada mil habitantes".

"La suma de ambos datos -subraya Carmona- ofrece una radiografía escalofriante de la distribución comercial en nuestra comunidad: se avanza a pasos agigantados hacia una estructura de oligopolio, con la distribución comercial controlada por unas pocas grandes cadenas, lo que limita la competencia y favorece la inflación".

Para el secretario de política Económica del PSM, las políticas ejecutadas desde el Gobierno Aguirre sólo tienen un común denominador: "favorecer la concentración de la distribución comercial en unas pocas manos, las de las grandes superficies".

"Mientras,el pequeño comercio, maniatado, sin posibilidades reales de competir con estos grandes emporios, se ve abocado a la desaparición, con la consiguiente pérdida de miles de puestos de trabajo, la degradación de nuestros barrios y la precarización del empleo que caracteriza en buena medida la contratación de estos grandes almacenes", aseguró.

Por todo ello, el PSM se va a oponer con todas las medidas a su alcance al mal llamado Anteproyecto de Modernización del Comercio, "ya que en realidad se debería titular Acta de Defunción del Pequeño Comercio en Madrid" según Carmona, quien anunció que el PSM va a denunciar esta situación ante la Dirección General de Comercio del Ministerio de Industria.

Asimismo, el secretario de Economía y Empleo ha exigido a la Cámara de Comercio que rompa su pasividad y sea fiel a su razón de ser, la defensa de la actividad comercial en nuestra Comunidad.

"La Cámara de Comercio no puede seguir siendo espectador pasivo, cuando no cómplice activo, en este proceso de destrucción del tejido comercial y empresarial de la comunidad", aseveró Carmona.