Asimismo, se compromete a anular el déficit hidráulico, cifrado en el 10 por ciento de las necesidades de abastecimiento y riego, a través de políticas de ahorro y potenciando a desalación en Canarias, Baleares, Ceuta, Andalucía, Murcia y Alicante, hasta multiplicar por 15 el volumen desalado en la actualidad.

Entre las promesas programáticas de los socialistas en materia de agua se vuelve a incluir la remisión a las Cortes del proyecto de Ley de Plan Hidrológico Nacional, en este caso fijando como límite este mismo año; la aprobación de los planes de cuenca, y la modernización de los sistemas de regadío que abastecen a 1.200.000 hectáreas.