El escrito dice: "conozco a Joaquín Leguina desde 1965. Los dos éramos de la izquierda radical no comunista. Pienso lo mejor de él: como persona, como escritor sagaz y como polítio, primero local con Tierno y luego autonómico. Es de los que pueden comprendeer de verdad la revolución que se está cociendo en Europa, que es un proceso de devolución de poderes a las ciudades y regiones, al tiempo que Europa se unifica y los Estados se hacen garantes de todo ello".

"Sin desmerecer a nadie", concluye Maragall, "creo que Madrid necesita un Alcalde como Joaquín. De él nos vamos a fiar todos. ¡Que tenga suerte!".