Así lo trasladan fuentes de la dirección del PSOE que reiteran que la prioridad es “preservar a las mujeres”, no con “quién se saca” la reforma en las Cortes, incluso si el apoyo proviene del Partido Popular, porque es “más importante” frenar esa alarma y dar seguridad a las mujeres ante casos futuros que el peso de los partidos que lo apoyan.

En este sentido, dichas fuentes socialistas sostienen que es común el objetivo político de que la ley se corrija pero que hay “diferentes recetas” a la hora de enmendar la parte “técnica” de la ley.

Así, aunque creen que es todavía “posible” un acuerdo del PSOE con Unidas Podemos para escenificar la unidad del Ejecutivo para reformar una ley que impulsó el propio Gobierno, en el PSOE defienden que tomaran la delantera presentando su reforma porque desde Igualdad ya repetían los documentos en la negociación con Justicia.

En el PSOE restan importancia, también, a la proximidad de la celebración del 8-M y que, nuevamente, las dos partes del Gobierno presenten desavenencias en temas de Igualdad y más ahora con una cuestión que, reconocen, provoca desasosiego en la calle ante el desconcierto.

Por el momento, según fuentes del grupo parlamentario, el PSOE está "desplegando" sus contactos con el resto de grupos políticos para poder iniciar el trámite parlamentario de su reforma. La proposición de ley que registraron el lunes, según el trámite ordinario, será admitida por la Mesa del Congreso en la reunión del próximo martes. Acto seguido, será elevada a la Junta de Portavoces de la siguiente semana para ser introducida en el Pleno siguiente que, salvo que se fuerce uno extraordinario, es el que da comienzo el martes 7 de marzo.

En ese primer pleno de marzo -la última semana de febrero no hay sesión plenaria- el PSOE expondrá su proposición de ley ante el Congreso para su admisión, de manera que, de conseguir el apoyo necesario, es cuando iniciaría su tramitación con el traslado a la Comisión de Igualdad o Justicia para su desarrollo.

Tras el trabajo en Comisión, la propuesta volvería al Pleno en un mínimo de una semana si se acortan todos los plazos y se tramita por la vía de urgencia aunque sin forzar los plazos como ocurrió con la reforma del Código Penal y los delitos de sedición y malversación. Luego, tras el visto bueno del Congreso, la reforma debe pasar un trámite similar en el Senado, por lo que hay fuentes parlamentarias que calculan que este asunto puede estar vivo en los prolegómenos de la campaña electoral del 28-M.