Los diputados socialistas presentes en el Hemiciclo, incluso la ministra de Ciencia, Diana Morant, reaccionaron a la acusación de Montero sin aplaudir al término de su intervención, más allá de algún débil respaldo del secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas.

Según fuentes parlamentarias socialistas consultadas por Servimedia, en el PSOE creen que la ministra no estuvo afortunada con sus palabras y hace un “flaco favor” a la causa de defender la 'Ley del solo sí es sí’ y al llamamiento para reducir la tensión en el Congreso,

“El ambiente es insoportable”, denuncian fuentes del PSOE, por lo que reprochan que Montero, que es ministra, alimente la tensión con sus palabras, porque “no debe contribuir al clima de crispación y odio que alimentan PP y Vox”.

Así, en el PSOE defienden que Montero se equivocó porque con esas palabras se pone a la altura de Vox y, además de “deslegitimar” su posición, le da un “caramelo” al Partido Popular.

No obstante, aunque admiten en la dirección del PSOE que no les ha gustado la acusación de la ministra, señalan que también les desagrada cuando “el PP dice que promueve la libertad de violadores o la llaman inútil”.

En el PSOE hay fuentes consultadas por Servimedia que ven un trasfondo interesado de Vox y Unidas Podemos de alimentar esta tensión ante el crecimiento del bipartidismo (PP y PSOE) que vaticinan las encuestan, en detrimento de estas dos formaciones.

En este sentido, en la formación que lidera Pedro Sánchez creen que los ataques y las palabras gruesas perjudican a todos y, como apuntó la secretaria de Igualdad del PSOE y diputada por León, Andrea Fernández, “el Congreso es, o debería ser, la casa de la palabra” y “lo primero que sobra es el hostigamiento, pero también las expresiones gruesas, las algaradas y el espectáculo”.

“España merece mucho más que eso. Suerte que tenemos el raciocinio de Meritxell Batet”, destacó Fernández, alabando la intervención de la presidenta de la Cámara Baja, que lleva todo el Pleno llamando la atención a los diputados para calmar los ánimos y que reprendió a la ministra por los términos empleados.