"La dialéctica que esté basada entre renovadores y no renovadores creo que es una dialéctica del pasado. Ahora tendremos posiciones distintas en temas concretos o generales, que no tienen que pasar por aquello de que antes éste era renovador o no lo era", explicó.

Solchaga quiso dejar claro que él no participó en las negociaciones para formar la nueva Ejecutiva y que únicamente se limitó a trasladar al secrtario general del partido el "sentimiento que unas cuantas personas de diferentes delegaciones regionales me habían transmitido a mí".

El portavoz socialista se refería con estas palabras al malestar surgido en un determinado sector de delegados que no veían con buenos ojos que Txiki Benegas continuara al frente de la Secretaría de Organización del PSOE.

"HICE LO QUE HICE"

"Ahí se terminó mi actuación", añadió Solchaga, "y no se puede decir que yo haya participado en las negociaciones. Hice lo ue hice y no lo que me atribuyen".

Por otra parte, Solchaga se mostró tajante al afirmar que el hombre fuerte de la nueva Ejecutiva socialista es Felipe González. "Esa es una constatación que ya saben ustedes (a los periodistas), que el hombre fuerte de nuestra Ejecutiva es el secretario general. Lo viene siendo desde hace años. Nada nuevo bajo el sol".

A su juicio, el 33 Congreso Federal del PSOE ha tenido un resultado positivo y ha habido resoluciones muy interesantes, como el reconocimiento de entronque del socialismo con los aspectos más radicales del liberalismo político.

Otro de los elementos clave del cónclave socialista fue, según Solchaga, el esfuerzo por encarar los problemas de la crisis económica y las condiciones que tienen que producirse para el mantenimiento del Estado del Bienestar: creación suficiente de empleo y que la economía sea flexible y competitiva.