Oficialmente, según el calendario aprobado por la Ejecutiva, las asambleas tienen hasta el 6 de junio para hacer sus propuestas de listas que serán luego analizadas, entre 7 y 8 de junio, por las respectivas Ejecutivas provinciales.

Acto seguido, desde el nivel provincial se eleva a la Comisión Federal de listas las candidaturas elegidas en cada provincia o circunscripción para que elabore el 9 de junio el dictamen que será aprobado, el sábado 10, por el Comité Federal del partido. La presentación de las candidaturas en los territorios se prevé entre los días 14 y 19 de junio.

Este es ya de por sí un proceso que “estresa” mucho al partido, admiten fuentes socialistas, porque todos “se mueven” y toca buscar el “encaje” para cuadrar todos los intereses en las candidaturas, máxime en esta ocasión en la que nuevamente hay que situar a ministros en “puestos de salida” y las expectativas están “a la baja”.

En esta ecuación también entra ahora la situación en el PSOE tras la pérdida de poder institucional el 28-M y las posibilidades que barajan desde la dirección socialista de incluir en estas listas electorales de Congreso y Senado a alcaldes, presidentes autonómicos o consejeros que salen ahora de sus responsabilidades tras las elecciones municipales y autonómicas.

En la reunión del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, con los parlamentarios socialistas que han concluido la legislatura, se percibía la incertidumbre en muchos de ellos sobre su continuidad y, por tanto, su hueco en las listas electorales.

Muchos optaban por asegurar que están “a disposición” del partido al tiempo que otros reconocían que ya había “mucho movimiento” para garantizarse un puesto en las candidaturas que el PSOE elabora con el sistema ‘cremallera’, alternancia de mujeres y hombres de manera que sean paritarias.