Pujol señaló que tanto él como el alcalde de Barcelona, Pascual Maragall, dejaron yamuy claro lo que "conviene que se haga con motivo de los Juegos, en cuanto a afirmación catalana, y lo que no debe hacerse".

"No se debe silbar al rey, a ninguna bandera, ni tampoco a ningún himno. Eso quedó muy claro en la declaración conjunta que hicimos", dijo Pujol y agregó que "ni silbidos, ni actos de descortesía. Absoluta y radicalmente prohibidos. Rechazamos cualquier acto violento o provocador que interfiera en los actos olímpicos".

Asimismo, se mostró "tranquilo" con respecto a la ceremnia inaugural del JJOO y consideró "que no es bueno que a efectos de explotación política los independentistas utilicen las olimpiadas".

Por último el presidente de la Generalitat, afirmó que "no es cierto que le recomendara al rey que no acudiera a Ampuries, a la ceremonia de llegada de la antorcha olímpica".