Pujol, que se encontraba en la localidad francesa de Perpignan, donde asiste este fin de semana a los actos por el 600 aniversario de la Casa de las Libertades de esta ciudad, comentó que se resiste a creer que sea su socio de coalición el que plantee interrogantes en la reforma de la Ley del Catalán, por a "falta de solidaridad" que ello supondría.

El presidente catalán añadió: "he de creer sinceramente que algunas de las cosas que dicen los diarios sobre lo que ha comentado algún dirigente de Unió, y concretamente Durán, deben de ser una mala transcripción, porque, si no, no entendería que después de aprobarse en el consejo ejecutivo (de CiU), en presencia de los consejeros de Unió, ahora quisieran desmarcarse".

Según las noticias aparecidas en algunos medios de comunicación sobre la preocupació de la formación democristiana, la causa se debería a la posibilidad de que se pueda denunciar a un pequeño comercio si no se es correspondido en la lengua elegida, cuestión que obligaría al ciudadano a definirse como castellano o catalán.

INTERROGANTES

No obstante, Unió no discute la conveniencia de actualizar esta normativa, aprobada en 1983 por unanimidad el Parlamento catalán, y apoya su reforma, según confirmó hoy en la reunión del Consejo Nacional de UDC el presidente del partido, Joan Rigoll,en Barcelona.

El dirigente de Unió calificó de "conveniente, positiva y necesaria" la ley, de la que UDC "comparte sus objetivos y se siente corresponsable de la misma como partido socio del Gobierno".

Sin embargo, Rigoll señaló que UDC hará algunas observaciones sobre el camino que debe conducir a esos objetivos, porque ve algunos interrogantes.

Sobre está cuestión agregó que "todas las intervenciones son positivas si se formulan como interrogantes a compartir. Lo que no podemos es entrar e la fijación de posiciones de partidos políticos".