Rajoy hizo estas declaraciones durante una conferencia-almuerzo organizada por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España después de que el Gobierno haya restado importancia a la reforma del Estatuto catalán y haya acusado al Partido Popular de alertar en exceso a los ciudadanos.

El líder de los populares aseguró que, en este asunto, piensa dejar al margen los intereses partidistas del PP y se comprometió a defender el interés general frente a aquellos dirigentes políticos que todavía no se han dado cuenta de las contradicciones del nuevo estatuto con la Constitución española.

"Yo me opondré a que se intente decir a los españoles que todo esto no es nada, que esto es producto de las exageraciones de algunas personas", dijo. "Desde luego, no aceptaré que se diga que el PP es un partido que hace afirmaciones exageradas porque no es verdad. Y no aceptaré que se diga que con el PP no se puede llegar a un acuerdo porque yo planteé ese acuerdo en su día, se me dijo que sí y luego se me dijo que no", agregó.

Rajoy reivindicó la necesidad de alcanzar un acuerdo entre los dos principales partidos políticos para las todas las reformas estatutarias se lleven a cabo con el mismo consenso que facilitó la Transición y que facilitó la aprobación en referéndum de la Constitución de 1978.

"Yo no aceptaré de ninguna manera que alguien pretenda decir que lo que yo voy a defender va a afectar a los ciudadanos de Cataluña porque no es verdad. Va a favor de los ciudadanos de Cataluña e iré a Cataluña tantas veces como sean necesarias para defender mi posición, que es en favor de los ciudadanos de Cataluña", añadió.

El presidente del PP argumentó que la reforma catalana es "mala para España" y "mala especialmente para los ciudadanos de Cataluña porque se les dice que para ser más catalanes hay que ser menos españoles".

En su opinión, la reforma esconde una modificación de la Constitución, por lo que considera que debería tramitarse como tal, y emplazó a quienes pretendan una reforma de la Carta Magna a utilizar los procedimientos establecidos.

Rajoy anunció que está dispuesto a rechazar la reforma del estatuto durante el trámite parlamentario en las Cortes Generales mientras siga en los términos actuales, pero adujo que su intención no es ir "contra nadie" salvo "en contra de la irresponsabilidad de los dirigentes que nos han metido en este lío".

Finalmente, ante decenas de empresarios y dirigentes del Partido Popular, hizo un llamamiento para que entre todos expliquen a los ciudadanos las consecuencias del nuevo estatuto y se vele por el mantenimiento de los acuerdos que se alcanzaron en 1978 y que hicieron posible la Constitución.